A diferencia de todos los dispositivos de los que nos encontramos rodeados continuamente, los humanos no tenemos la capacidad de estar subiendo datos a la red directamente, no establecemos conexiones con la nube ni transmitimos inalámbricamente nuestros estados. Es bajo esta condición que se crean los wearables o accesorios inteligentes, objetos capaces de adquirir variables para digitalizar nuestro comportamiento y/o características, y enviarlas a dispositivos programados para su análisis y uso en millones de aplicaciones.
La revolución del Internet de las cosas ya no es una situación futura, estamos en medio de ella y nos enfrentamos día a día con nuevos retos para adaptarla a nuestra rutina, de forma que no afecte nuestro comportamiento, para esto hacemos uso de sensores que capten el entorno en el que nos movemos y permitan responder a situaciones o aprender de ellas.
No solo hablamos de domótica, se habla del análisis de todo nuestro comportamiento, cómo nos movemos, cuánto influye esto en la evolución de mis proyectos, cómo esta mi salud, mi horario, el clima o la calidad del aire que nos rodea. Además de las personas, esta aplicado a máquinas pensando en mantenimiento preventivo, a plantaciones para conocer la calidad de la cosecha a priori, a ciudades enteras que están siendo controladas por redes de sensado gigantes que las vuelven organismos vivos y reactivos.
Debemos pensar en los sensores como los pequeños recolectores de información, no son analizadores, no tienen esa capacidad, pero son el puente, el traductor de humano y tangible, a binario y digital. Todo lo que logra recolectar debe seguir un camino hasta el lugar donde debe ser analizado, este puede ser de mil maneras, pero por la facilidad de instalación, por lo invisible que es para nosotros, y por los alcances que puede tener, las redes inalámbricas se han impuesto como primera opción.
Protocolos de comunicación inalámbrica hay muchos, por mencionar algunos:
Cada uno con sus fortalezas, desde calidad del enlace, hasta consumo energético, pasando por alcance y disponibilidad. Como desarrolladores de dispositivos IoT nos hemos encontrado en situaciones donde uno solo de los protocolos no logra el objetivo de la aplicación, es ahí donde se forman las redes inalámbricas mixtas, usando las fortalezas de estos protocolos para asegurar el funcionamiento óptimo de la solución final. En Tech and Solve hemos hecho redes zigbee-Wi-fi para localización, RFID-Bluetooth para vigilancia de plantas, BLE-Wi-fi para alertas tempranas, y BLE-Zigbee-Wi-Fi para toda una red de medición de productividad.
Las posibilidades son inagotables, todos los días la industria presenta retos de automatización y tecnificación que deben alcanzarse por medio del sensado y manejo de grandes cantidades de datos, Big Data es una realidad y las Redes de Sensores Inalámbricas sus ojos en nuestro mundo, queda en mano de los desarrolladores hacer uso de las herramientas disponibles
para hacer posible esta revolución.
Estamos en la búsqueda de los más talentosos para crecer y crear juntos